"Yo no pretendo enseñarte lo que es el mundo me falta también, pero vale la pena disfrutar cada día con mas Flow. Di lo que sientas, has lo que piensas, da lo que tengas y no te arrepientas. Serás del tamaño de tus pensamientos, no te permitas fracasar y sino llega lo que esperabas no te conformes jamás te detengas... No te límites por lo que digan, sé lo que quieras, pero sé tu mismo, y ante todas las cosas nunca te olvides de Dios".

miércoles, 3 de agosto de 2011

Enfrentarnos a la crisis

Hablar de felicidad en un momento de crisis como el actual puede llegar a parecer fuera de lugar. Sin embargo, nos recuerda la coach Mónica L. Esgueva, autora de Cuando seas feliz. “Crisis en chino se escribe con dos caracteres que significan peligro y oportunidad”.  Así, un periodo de crisis supone un punto de inflexión que nos obliga a salir de nuestra zona de confort, pero cuyo resultado, a  largo plazo, puede incluso llegar a suponer una mejora. “Siempre depende de la  ACTITUD. Ahora mismo, con la crisis económica, hay muchas personas que lo están viviendo muy mal y otras que lo están viendo como una oportunidad. No es que les parezca fácil, no es fácil para nadie, es duro, es difícil, no hay que negarlo, pero de ahí a decir que se te acaba todo, no”. 
                                                                                              
Aprender de las dificultades
“Toda experiencia negativa que hemos padecido en el pasado, todo sufrimiento, puede ser el elemento alquímico de la felicidad en el futuro”, escribe Alex Rovira en el prologo al último libro de la doctora en psicología Jenny Moix, felicidad flexible. Una idea que nos puede ayudar a la hora de atravesar un momento difícil, recordándonos que las dificultades nos obligan a sacar lo mejor de nosotros mismos y son una oportunidad para ganar en seguridad y recursos de cara al futuro.”Las dificultades, cuando las vives con afán de superación, te dan muchos recursos, y las personas que han vivido ya otras situaciones de dificultades y ha aprendido de ellas tienen más recursos que las que quizás han tenido una vida bastante fácil o una educación en la que les hemos sobreprotegido. Una idea que en felicidad flexible, expresa Jenny Moix, citando una impactante frase de Indira Gandhi: “es un privilegio haber vivido una vida difícil”. Y es que, por mucho que nos duela, las dificultades forman parte de la vida, y sobreponernos a ellas acelera nuestro crecimiento personal, acrecentando nuestra autoconfianza, al demostrarnos a nosotros  mismos que tenemos más recursos de lo que creíamos y ayudándonos a ser más empáticos con los demás. Como escribe Jenny Moix:” Los humanos somos más fuertes y menos vulnerables de lo que pensamos”. De hecho, nos dice la  autora, la resiliencia, o lo que es lo mismo, la capacidad de sobreponerse, e incluso salir fortalecidos de las circunstancias adversas, no es una cualidad propia de seres excepcionales, sino que, al contrario, es común a la mayoría de seres humanos. 

Pero por supuesto, atravesar una crisis no es fácil para nadie, y habrá, siempre los hay, momentos de desánimo. Pero cuando estos lleguen, ser capaces de recordar que podemos confiar en nuestros propios recursos, nos ayudará a mantener la confianza en que las cosas van a cambiar para mejor y a que esos instantes de desanimo no sean más que eso, instantes. También es importante recordar que, por mucho que nos pueda angustiar el futuro, la única certeza es el ahora, y que sacrificar nuestro sentido del humor o nuestra capacidad  de ilusionarnos no solo nos impedirá apreciar lo bueno que tenemos, sino que tampoco nos ayudará a solucionar nuestras preocupaciones. Al contrario, debemos ser capaces de mirar la realidad frente a frente para poder valorar de forma realista nuestras posibilidades y tomar decisiones que nos ayuden a superar las dificultades. “Una persona optimista es un persona realista, pero que ante las dificultades se crece y encamina toda su energía en ver cómo las puede solucionar”, nos dice la psicóloga María Jesús Reyes.                                                               
                                                                                  

Del mismo modo  debemos tener presente el valor de las pequeñas cosas. Todos hemos escuchado alguna vez: La felicidad está en las pequeñas cosas. Pero, ¿qué quiere decir esa frase exactamente? Pues que lo que nos puede hacer sentir bien no es tanto conseguir cosas, como ser capaces de apreciar lo que nos rodea y tenemos ya al alcance de la mano. La belleza del naturaleza, el cariño de los que nos quieren, disfrutar los placeres de los sentidos – escuchar música, cantar, bailar, bañarnos en el mar, mirar un cuadro o una puesta de sol, saborear una comida, contemplar un paisaje… Pero si dejamos que las preocupaciones ocupen el espacio en nuestra mente, difícilmente nos quedarán fuerzas para apreciarlas.  
 

Y si fuera para mejor
La crisis económica ha puesto al descubierto que el capitalismo desafortunado de las últimas décadas no es el mejor sistema posible, sino que, al contrario, acrecienta las desigualdades y alimenta la infelicidad, haciéndonos creer que sólo podremos ser felices si “tenemos” algo, ya sea el coche último modelo, la casa con piscina o los zapatos de marca, alimentando una constante frustración. Como escribe Alex Rovira en el prólogo a felicidad flexible: “ Hemos visto con la crisis actual que  en un mundo donde los indicadores de riqueza estaban aparentemente en alza, algo no cuadraba cuando las enfermedades psicológicas, la depresión, la angustia o las urgencias psiquiátricas iban, y van, en aumento”. A nivel global, la crisis puede ser un toque de atención y una oportunidad, hasta ahora desaprovechada, para aportar por un modelo de sociedad más respetuoso con el entorno y en el que lo importante no sea tanto tener como ser.  

Pero también a nivel individual, la crisis puede ser una oportunidad. "Siempre habíamos querido ir a vivir a la montaña, a los pirineos, y montar un pequeño hotel rural en una antigua casa – explica Laura, traductora de 45 años-. Por fin, hace dos años encontramos el lugar perfecto y lo compramos, pero no nos decidíamos a irnos porque mi marido tenía un buen trabajo en la ciudad. A finales del pasado año su empresa quebró y se quedó sin empleo, y entonces vimos claramente que había llegado el momento de hacer realidad nuestro sueño. En unos meses esperamos poder abrir ya nuestro pequeño hostal”. Por supuesto, para  muchos las cosas no son tan sencillas, y la crisis está suponiendo en algunos casos verse obligados a atravesar situaciones verdaderamente difíciles. Pero incluso en los momentos de mayor dificultades son posibles los destellos de alegría que alimentan el optimismo, que nos lleva a dar lo mejor de nosotros para superar la adversidad.